viernes, 14 de noviembre de 2014

EXCLUIDOS DEL PARAISO

                                                                                                              PABLO BLANCO


Acá hace frío.
Allá calor
de playa y días interminables.
Los excluídos del paraiso
se parecen
a los abandonados
de otros oasis
en el desierto ó la niebla.





lunes, 10 de noviembre de 2014

LOS PECES DE ABDELLAH ECHMARGHI


MARTA P. DE MADRID                  


Que tire la primera piedra
 quien nunca haya tenido
manchas de emigración
 en su árbol genealógico
JOSÉ SARAMAGO

Somos bisnietos ó tataranietos de inmigrantes
apellides donde apellides



Veía sus sonrisas reflejadas en mí.
Venían con palos muy finos de madera e hilos 
que quebraban el reflejo de los troncos de los árboles en mis aguas.
Estaban mucho rato esperando,
lo sé por que la luz de allá arriba cambiaba,
aparecía por las colinas del este
y se iba trasladando por encima de mis aguas
hasta dejarme con mi oscuridad y mis peces.
Mis peces.
Eso venían a buscar, mis peces.
Sólo eso quebraba la calma, el silencio.
Entonces los hilos hacían que me moviera,
y de mis entrañas surgían los peces.
Los ponían en una cesta de mimbre cuyo fondo veía 
y sabía que cuando estuviesen llenas se marcharían.
Volvían al dia siguiente y al otro.
Me había acostumbrado 
a sus cestas, sus hilos y sus sonrisas.
Con mis oidos-caracolas escuché sus nombres:
Amar El Asir,
Abdessamad Ezahri,
Abdellah Echmarghi,
Mustapha El Bettani,
Mohamed El Hadri...

No volvieron a venir.
No los vería nunca más.
Una tarde de agosto 
mis aguas se tiñeron 
con una mancha extraña.
Una barca muy pequeña 
empezó a avanzar por mis aguas, 
distinguía apenas sombras, 
bultos que sobresalian por los lados.
De pronto sentí un golpe seco.
Alguien descendió
hasta las profundidades de mi azul.
La claridad de allá arriba no estaba,
la oscuridad era total, 
sólo interrumpida por ráfagas de luces
procedentes de otras embarcaciones
más grandes y pesadas.
Desde entonces echo de menos 
la serenidad de los muchachos morenos
que venían a buscar sus peces.

Nota: 
Cualquier parecido con la realidad no es coincidencia. 
Los nombres corresponden a los primeros desaparecidos en el Estrecho de Gibraltar cuya filiación ha sido documentada ó confirmada por sus familiares en Marruecos.
Todos ellos eran vecinos de Alcazarquivir en Marruecos.
Sus edades oscilaban entre 19 y 30 años en el momento de su desaparición.
No se ha vuelto a tener noticias de ellos desde el 15 de diciembre de 1991.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía entregó sus datos a la Subdelegación del Gobierno de Cádiz. 
Posiblemente, embarcaron en una misma patera. 
Fuente: Moros en la Costa. Juan José Tellez. Editorial Debate, 2001








jueves, 6 de noviembre de 2014

LADRIDOS ILUMINADOS









Ladridos iluminados
Ladridos incendiados
Ladridos asustados allá en el fondo 
Las zarzas las últimas en arder
Luz y sonido
Relámpago y trueno
Llama y ladrido ahogado de humo
Llama impenetrable
Humo trampa
Ladridos
Explosiones
Pasos en la escalera 
Pasos apresurados en la escalera
Nudillos en las puertas
Globos de colores
Risas sonoras apagandose























EL MAR A UN PASO


"...Entonces llórame un río que lleve hasta una ruta
que doble hacia una autopista que va y va
y hurga en tus memorias
Tan lejos tan viejas."
Mis ojos  (de Angeles Extraños)  Laurie Anderson








Una luna a medio hacer
en un pan con puente untado con mantequilla de levante
y llovizna algecireña.
De entrada.
De primer plato:gambas rebozadas con sol de invierno 
que obliga a quitarse el abrigo.
Unos kilometros mas adelante una venta y un avión
que quiere pararse en mitad del vuelo
y encima de un sistema de regadio.
De segundo un filete de ternera argentina
en un barco a Marruecos
con guarnición de gaditanas histericas de compras.
De bebida una cerveza fria en medio del mar
con estrellas del Campo de Gibraltar
flotando entre la espuma.
De postre no había nada previsto.
Llegaron unos dulces estepeños con receta de telediario incluida.
El cafe vino después. Con nata.
Ya habían dado las doce. El mar estaba a un paso.
Sonaron las campanas.
Sonaron los besos de felicitaciones.
Sonaron los chinchin del cava y no había nadie
con quien intercambiar una sonrisa.
Se metió en el mar sin pensarlo.
Estaba frio.



miércoles, 5 de noviembre de 2014

SURREALISMO QUE SUBE A UN TREN EN BUENOS AIRES







                                                                                       PAISAJES CON FERROCARRILES PINTADOS AL ÓLEO
                                                                                                                                 JANET TERNOFF


Se tomaron el tren de las tres.
A las tres y media.

Mientras el tren se iba.
Se alejaba lentamente como si nada. 
Como si nada no, como si, como si...
Como si la espuma del mar alcanzara una dimensión gigantesca y se subiera a aquella casita sobre la colina, allá lejos, ¿la ve?
Si. la blanca con dos ventanas.
Le  vemos solo una parte.
Una parte de la realidad subida a una ventana.
Intentando saltar.
EL SUR
El, surcando los mares se alejó.
Elsurrialdo se fué al sur.
Els Urrkitz le dijo:sacate los zapatos.
Un tren, una colonia, una colina, se fué, se alejó, como si nada, como si..., como si...
El libro sobre la mesa y el disco girando.
Los libros girando, las mesas, el mareo, el éxtasis.
Y las manos.                     
Un tren.
Otro tren.
Que arranca.
Las manos.
Que arranca las manos.
y arrancó y yo subía y me tendieron las manos unos señores y ella se fué a Bahía en tren.
Y ahora no hablamos.
Como antes.
Que yo le tiraba una piedrita a su ventana y entraba.
En su vida.
Y me subieron.
A mi, mi mochila y mi flauta.
Y lloraba y el tren había partido.
Sin tocar Buenos Aires.
Tocandola toda, desde santa Fé y Corrientes.
Bar blanco y negro desde donde hablar por teléfono a Gabriela que vivía enfrente.
Y llovía aquella tarde.
Y yo vi aquella tarde un ciervo.
Y yo viajaba a gran velocidad aquella tarde mientras un ciervo se asomaba.
Los vidrios empañados.
Los ojos empapados.
Tocando BuenosAires.
Negando la vida para nacer de vuelta.
Perdiendo el poema para volver a escribir.
Olvidando el camino para volver a andar.
Ni tren.            
Ni tarde de lluvia.
Niaskatruca pirondanga.
Lluvia maldita del no andar.
Y entonces le dijo: 
Prondinga askatrabuca.
Y entendió las estrellas y la noche.
La luna y la espuma de afeitar.
Y los cordones de los zapatos amarillos.





     








NOS UNEN MAS COSAS DE LAS QUE NOS SEPARAN


Preguntamos por la lluvia y el frio en este aggiornamento de otoño que nos trae a la realidad climatica del calendario.
Les preguntamos a ellos que sienten; antes el agua empapandolos y el viento volando los cartones, antes que nosotros escucharamos a un tiempo el parte meteorologico y el percutir ritmico de las gotas en el vidrio de la ventana que nos separa de las nubes, el cielo y la temperatura de la calle.
Nos sorprenden con relatos de skinheads rociandolos con la espuma que contienen los extintores de incendios en Madrid ó Barcelona, de compañeros arrojados al mar dentro de sus sacos de dormir cerrados..
Pasan miedo en Sevilla por la llegada de personas violentas, nos cuentan, el ambiente no es el mismo...
Algunos recuerdan como si fuera hoy paises lejanos que se quedaron en sus memorias detenidos en un toque de queda...
Temblamos de frio, (ayer era verano, hoy no), y nos tomamos con ellos el colacao calentito.
No encuentro zapatos de mi número, nos dicen unos dedos sostenidos apenas por unas chanclas viejas.
Han visto de todo, han vivido de todo, son capaces de cuidar con ternura de sus perros, de recordarnos que no nos olvidemos de ofrecer café y galletas a un compañero que no hemos visto aún.
Aprendemos con ellos acerca de la vida, de los comportamientos humanos, la resistencia y las ganas de vivir, sobre la vulnerabilidad, y todas las cosas que nos unen a los seres humanos, altivos muchas veces, fragiles e inseguros otras pero mucho más parecidos a nosotros de lo que nos creemos.